TRAMO 1 - RONCESVALLES-VILLATUERTA
Roncesvalles
DIA 3.4.04
Después de viajar el día anterior desde Jerez, haciendo
escala en un hotel de Alcalá de Henares, llego a Pamplona a las 14 h. En
ésta ocasión me acompaña mi amigo Miguel. Una vez dejo aparcado el coche
en lugar seguro, nos damos una vuelta por el centro de la ciudad y a
continuación nos dirigimos con nuestras mochilas y bordones hasta la estación
de autobuses, en donde nos encontramos con casi ciento veinte peregrinos más,
completándose dos autobuses de "La Montañesa", con destino a
Roncesvalles, donde llegamos hacia las 17 h.
Ya en éste enclave pirenaico, de enorme belleza natural, nos dirigimos a la
oficina del peregrino, en donde después de rellenar un formulario nos dan
la Credencial del Peregrino, documento que sirve para utilizar los albergues, y
donde los distintos sellos de paso, dan fe de la peregrinación , para la
obtención de la Compostela.
A
las 18 horas, asisto a la misa del peregrino, acto protocolario al empezar el
camino, se celebra en la basílica, estupenda obra gótica y con unas preciosas
vidrieras plomadas, la misa es un poco larga, pero bastante bonita al estar
ambientada con órgano y coros. Al final todos los peregrinos se acercan
al altar y reciben una bendición especial, según una formula medieval.
Cenamos en uno de los dos restaurantes que existen en este lugar, el menú es
macarrones con tomate, trucha a la plancha y postres, en esta cena tomamos
contacto por primera vez con los demás peregrinos, y hablamos de los
respectivas metas que nos proponíamos.
Una vez concluida la cena, nos dirigimos al albergue, que está en muy
buenas condiciones, al ser de reciente construcción, y a las 22 h. hay que
acostarse, ya que se apagan las luces y se cierra. Esta hora
de acostarse me cambia todos mis biorritmos, y claro, hasta la una y media
no logro dormirme. Me tendré que acostumbrar a este horario, espero
conseguirlo en dos días.
DIA
4.4.04
Son las 6.30 de la
mañana, se encienden las luces y todos en pié, preparándose para la
marcha, y yo preguntándome que hago a esas horas levantado, ya que no es lógico
empezar a ésta hora a caminar sin luz y con un frío tremendo
Sobre las 7 , empezamos a caminar, estamos en el punto cero del denominado
camino francés, nos faltan 749 kilómetros para llegar a Santiago, meta de todo
peregrino. Hace bastante frío, los prados están blancos de la
helada, no hay sitio para desayunar, daría medio reino por un café, pero el
paisaje pirenaico es muy bonito y esto me hace olvidar de momento dicho
contratiempo.
El camino discurre entre bosques de hayas, abedules, robles y pinos, al ser
estos árboles la mayoría de hojas caduca, los bosques tienen una tonalidad
gris, muy diferente a como sería en verano. Por fin llegamos
al pueblo de Burguete, y nos tomamos el ansiado desayuno, tomo un poco el sol,
porque estaba helado del sudor.
Más tarde se atraviesa el pueblo de Espinar, por su calle Mayor o "nagusia"
en vasco, el camino siempre discurre por la calle principal de los
pueblos.
Seguidamente empiezan las rampas de subida al Alto de Mezquiriz, pero se lleva
bien, se nota que aún estamos enteros, después de pasar el pueblo de Mezquiriz,
se baja al de Lintzoain, en donde empieza la subida al Alto del Erro, ésta si
es una subida fuerte y además el camino está totalmente embarrado, llegamos a
las 13 h. al Alto, en donde hay un cruceiro. Descansamos algo y se
inicia la bajada a Zubiri, a través de un hermoso bosque de abetos con
bastantes fuentes de agua.
Llegamos al pueblo a las 15 h. y me alojo en el albergue, éste es bastante
malo, con agua helada en las duchas, que casi acaba conmigo, pero peor lo
tienen otros peregrinos que ante la falta de plazas, los alojan en un frontón
que había cerca.
Désde Roncesvalles, hemos formado un grupito, compuesto por Juan Carlos, de
Alcalá de Henares y Míla, de Madrid y nosotros dos. Cenamos en un
restaurante de un pueblo que estaba al lado y a dormir a las 22h.
Pirineo
DIA 5.4.04
Nos levantamos a las 7.30 h. y
tampoco podemos hoy desayunar, por la falta de bares en éstos pueblos navarros,
pero sabemos que hay un bar a ocho kilómetros y eso nos anima a caminar, por
veredas totalmente embarradas, hasta el pueblo de Larrasoaña, al que se entra
por un puente medieval bastante bonito. Para llegar al bar hay que
desviarse casi un kilómetro, justo al otro lado del pueblo. Como se
suponía había "overbukin", en el citado bar de peregrinos y
para colmo lo sirve un peculiar camarero que su principal preocupación era
entonar la canción de "...tengo unos ojos negros, quien..." y que la
vida es bella y no hay porque tener prisa, pero conseguimos a
desayunar. El camino sigue paralelo al río
Arga, con aguas bravas y cristalinas, con un paisaje hermoso, a pesar de tener
que atravesar los terrenos de una fábrica de magnesita, que afea el camino.
Llegamos al pueblo de Alkerreta, con frondosos bosques y bonita calle Mayor,
luego pasamos por Zuriain, con su iglesia de San Millán, los pueblos de Irotz,
Esquirotz, Zabaldika, con su templo románico de San Estebán.
El camino discurre por una zona más o menos llana, atravesando los pueblos de
Villaba, Arieta y Burlada, éstos últimos forman el cinturón industrial de
Pamplona, ciudad que se divisa en el horizonte.
Hacia las 16 h. llegamos a Pamplona, entrando por la Navarrería, (antiguo burgo
de la ciudad), y me sorprende la entrada a ésta capital, me esperaba atravesar
barriadas y zonas industriales, pero no, se llega directamente a un puente
medieval sobre el río Arga, pasado éste nos lleva directamente a las murallas de
la ciudad, y al centro histórico. Nos dirigimos al albergue, que
está situado en pleno centro, al lado del Ayuntamiento, después de tanto andar
y cansados, tenemos que subir por una estrecha escalera de caracol, hasta tres
pisos, y nos dicen que está completo. Sellamos nuestra credencial y
buscamos una pensión para pasar la noche, ésta es bastante cutre, es más
medieval que el puente, pero hay que ser austeros como
peregrinos. Más tarde recorremos el centro y descansamos en
una terraza en la Plaza del Castillo, hasta que llega la hora de la cena, con
su pacharán incluido. Nos acostamos hacia las once, pero ésta vez sin que nadie
nos toque retreta.
Pamplona
DIA
6.4.04
Salimos de Pamplona a las 9 h. ésta hora si que me va bien ,
además desayunamos antes de salir. La salida se hace un poco
interminable, ya que aquí, si que hay que atravesar murallas, parques,
barriadas y el campus universitario. Una vez se sale de la ciudad, el
camino discurre por una zona llana entre sembrados de cereales, hasta llegar a
la subida al pueblo de Cizur Menor, con su iglesia fortaleza y otra románica
. En éste pueblo se une al grupo una chica de Madrid, que se llama María,
con la que recorro bastantes kilómetros juntos, ya que llevamos distinto ritmo
de marcha que el grupo.
A partir de Cizur, se comienza la ascensión del Alto del Perdón , con algunos
tramos bastantes complicados por su dureza, arriba hay un parque eólico, con
enormes molinos de viento, también hay una fuente, en donde según la leyenda,
el diablo tentó a un peregrino que llegó agotado y sediento, a que renunciara a
su fe, éste se negó y se le apareció Santiago, que le dio de beber con su
vieira.
Alto del Perdón
También arriba, hay un monumento en
hierro al peregrino, que han puesto la Asociación de amigos del camino, desde
aquí arriba se divisa todo el valle donde está asentada Pamplona, la bajada es
peor aún que la subida, al ser un camino con mucha pendiente y piedras
sueltas. Al fin llegamos al pueblo de Uterga, donde
encontramos un bar después de muchos kilómetros andando, y reponemos fuerzas.
Luego pasamos por el pueblo de Muruzabal, y más tarde por Obanos, en donde el
grupo se divide, porque quieren ir algunos a ver la ermita templaria de Eunate,
pero implica andar cuatro kilómetros más, y decido seguir solo hasta Puente la
Reina, donde llego a las 17 h. En éste pueblo está la
confluencia del camino Francés y del camino de Aragón, que viene desde
Somport. Me alojo en el albergue de los P.P.
Reparadores, que está bastante bien, y reservo plazas para el resto del grupo,
que llegan hora y media mas tarde y bastantes arrepentidos de ir hasta Eunate,
por el cansancio que traen. Por la tarde visitamos el pueblo, que está
lleno de monumentos con bastante historia, como el seminario, donde Napoleón
tuvo su cuartel general en la guerra de la Independencia y que destruyó antes
de abandonarlo. Y como no, el famoso puente que mandó construir una
reina, para el paso de los peregrinos, que le da el nombre a este pueblo.
Larrasoaña
DIA
7.4.04
Salida de Puente la Reina, a las 9
h. el camino por el puente, después de andar por el fondo de un valle y sortear
las obras de una autovía, que nos obliga a subir un buen repecho, llegamos al
pueblo de Mañeru, con su templo gótico de San Pedro. Seguimos el
camino atravesando campiñas, divisándose a lo lejos el pueblo de Cirauqui, al
cual llegamos al medio día, tiene muchos monumentos medievales y con un
antiguo hospital de peregrinos, hoy en desuso. Después de descansar
un poco, seguimos nuestra andadura hasta el pueblo de Lorca, donde está la
iglesia románica de San Salvador, y por fin llegamos al pueblo de Villatuerta, por
un puente medieval de dos ojos, sobre el río Iranzu.
En éste punto, Villatuerta, Miguel y
yo, damos por finalizado este tramo del camino, que seguiremos la próxima vez a
partir de aquí. Sellamos la credencial en el albergue
del éste pueblo y nos despedimos de nuestros compañeros de camino, Juan Carlos,
Mila, Maria, además de Guillermo y Gema de Madrid, y Gonzalo de Barcelona, los
primeros seguirán hasta el sábado a Logroño, y Gonzalo seguirá directamente a
Santiago.
Buscamos la parada de autobuses, y cual fue nuestra sorpresa que solo tardó
cinco minutos a pasar a recogernos y devolvernos a Pamplona, donde recogimos el
coche y enseguida pusimos rumbo a casa, haciendo noche en Sigüenza, llegamos a
Jerez, hacia las 16 h. del día 8
La
experiencia de hacer el camino de Santiago, aunque sea a trozos, es algo
inolvidable y que marca bastante la concepción que tenemos de ciertas
costumbres de la vida actual. En ésta experiencia sabes lo limitado
que es el ser humano frente a la naturaleza y las distancias, se aprende a sobrevivir
con lo mínimo, dependiendo solo de lo que llevas en la mochila y de las fuerzas
que tengas para continuar.
Villatuerta
Pierdes la noción del tiempo, no hay días de la semana, no existen
horarios, solo existe el convencimiento de que lograrás lo que te has
propuesto por encima de todo. Ahora solo pienso en el día que podré continuar
éste camino y conseguir el objetivo, espero que sea pronto.
Aconsejo a todo el mundo, que alguna vez hiciera esta ruta jacobea, no ya por
las connotaciones religiosas que tenga, sino que es una forma de conocerse a si
mismo, de saber sufrir algunas veces, de saber la capacidad de respuesta ante
las adversidades, así como compartir la convivencia con otras personas, de
distintas culturas y razas, y que a los pocos días son tus amigos, aparte de la
riqueza cultural que puedas obtener de la historia y de los monumentos de los
pueblos que atraviesas.
Espero que sigas publicando la continuación de tus caminos
ResponderEliminarLo describes muy bien y creo que tienes muy claro lo que transmite el camino, estoy de acuerdo contigo
Gracias por compartirlo
Gracias a ti, peregrina
Eliminar