jueves, 1 de marzo de 2018

TRAMO 9 - PORTOMARIN-SANTIAGO



9/10/2007


              Llego a Portomarin, a las doce del mediodía, y busco un lugar donde dejar aparcado el vehiculo y lo dejo al lado de una tienda de comestibles, ya que el dueño amablemente se ofreció a vigilarlo durantes los días que allí estuviera. Enseguida empiezo a caminar por tierras gallegas, atravieso el río Miño, por una pasarela de bastante altura que han construido para el paso de peregrinos y empiezo una larga subida entre frondosos bosques de robles y eucaliptos.

              El terreno me hace notar que ya camino por tierras gallegas por sus continuas subidas y bajadas y los hórreos salpicando el paisaje, paso por Gonzar, donde el monumento más importante es la parroquia de Santa Maria, son las 14 horas y me paro a comer.

Mas tarde paso por Castromayor, pequeña localidad, y al poco tiempo por Hospital de la Cruz, donde se situaba un hospital de peregrinos en la antigüedad, estos pueblos como es típico en Galicia, están muy cerca unos de otros, después de seguir subiendo, llego a Ventas de Narón hacia las 17.30 horas.



Ermita Ventas de Narón


          Me quedo en el albergue de Ventas de Narón, siendo el único peregrino que lo usa esta noche, y por tanto estaré muy cómodo sin oír ronquidos y sin que nadie me despierte temprano.

          Este enclave fue importante en el camino en otros tiempos, era un alto en el camino, antes de cruzar la sierra de Ligonde y lugar de transacciones comerciales, a las afuera está la capilla de la Magdalena, que puede ser el indicio de la existencia de un antiguo hospital de peregrinos.

Luego de cenar en el bar del mismo albergue, me acuesto.

10/10/2007


        Me levanto a las ocho y media y después de desayunar emprendo el camino, que sigue subiendo la sierra de Ligonde. Al poco tiempo me encuentro con el cruceiro de Lameiros, cuando el sol se desliza entre las ramas de los robles que lo rodean.

        Llego a Ligonde, que antaño fue una importante estación jacobea, donde aún se conserva un cementerio de peregrinos, anexo a un desaparecido hospital de la Orden de Santiago. Su iglesia de Santiago, neoclásica, conserva la portada románica de su antecesora. Después de vadear un arroyo en dirección a Eireche, está la casa de MariLuz, que prepara comidas para los peregrinos.



Cruceiro de Lameiros



            Eireche es una pequeña aldea, con una iglesia románica, rodeada de tumbas como es típico de esta tierra. Luego de pasar por la aldea de Avenostre, llego a Palas de Rei a las
12.15 h. donde la existencia de castros celtas nos da una idea de su remota existencia. También está 
emplazada en la calzada romana Lugo-Astorga. Era un lugar importante en la edad Media, donde se reunían los peregrinos a fin de hacer los últimos tramos de la ruta jacobea.

           Actualmente es un pueblo grande que desconcierta un poco con sus ruidos, después de pasar por muchas aldeas en donde solo se escuchan los pájaros. La iglesia de San Tirso, con su portada románica es el único vestigio de su pasado histórico. Despúes de tomar un refresco salgo de Palas de Rei, por el Campo de Romeiros hacia San Xulian del Camino, en donde según la leyenda un noble soldado que dio muerte a sus padres por error, para purgar sus pecados se establece como hospitalero con su esposa Adela, hasta que la visita de un ángel, le comunica el perdón divino.

           Más tarde paso por el pequeño pueblo de Casanova, es el último pueblo habitado de la provincia de Lugo. En el cercano puerto de Bois tuvo lugar una cruenta batalla entre Enrique de Trastamara y el Conde de Lemos Fernán Ruiz de Castro, fiel al monarca Don Pedro I el cruel. La suerte se inclinó de parte de los Trastamara.

           Una calzada romana me lleva hasta Leboreiro, primer pueblo de la provincia de La Coruña, el nombre se debe a la abundancia de liebres. También fue una importante estación jacobea en la Edad Media. La iglesia de Santa Maria es de estilo románico de transición , aquí veo por primera vez los típicos cabazos, un granero en forma de gigantesco canasto, como si se tratara de un primitivo hórreo.




Leboreiro





          Abandono el pueblo por un puente reconstruido y llego a Furelos, antesala de Melide, donde llego a las 18 h. y donde me quedaré esta noche en su albergue. Es un pueblo atravesado por la carretera nacional Lugo-Santiago, es de origen prerromano y está situado en la vertiente occidental de la sierra de Careán. Me llama la atención los miles de estorninos que duermen en los árboles de la plaza, que al anochecer producen un sonido ensordecedor.

          En Melide, no podía pasar sin probar su plato más típico junto a un peregrino de Murcia, degustamos este riquísimo plato,en la mejor pulpería de la zona , Casa Ezequiel, doy unas vueltas para       digerir el plato y me voy a dormir.
     



11/10/2007


             Salgo de Melide, a las ocho horas, después de varias subidas, paso por la aldea de Boente, que está a la orilla de la carretera nacional, empezando aquí una serie de toboganes que durarán hasta Arzua, un rompe piernas para el caminante. Mas tarde paso por la aldea de Castañeda y cruzo el río Iso y entro por un puente medieval a Ribadiso da Baixo. Y después de una larga subida llego a Arzua a las 13.30 h. y fin de jornada, hoy solo he hecho quince kilómetros, pero prefiero descansar el resto del día, preparándome para la etapa de mañana.

            Arzua, es una localidad moderna y grande, que también atraviesa la carretera nacional, con el consiguiente ruido, en la parte antigua se encuentra el antiguo convento de la Magdalena, fundación agustina del siglo XIV, que mantuvo un albergue para peregrinos pobres y que hoy está en ruinas.






12/10/2007


           Me levanto más temprano que de costumbre, me espera una larga etapa de 35 kilómetros, que confío en poder hacer de Arzua a Monte do Gozo. Desde aquí se piensa que Santiago está al alcance de la mano y hay nervios entre los peregrinos y a la vez sensación de paz de poder concluir por fin un sueño.

            El terreno sigue igual, constantes subidas y bajadas, entre pequeños pueblos y aldeas que hacen ameno el camino. Después de once kilómetros se llega a la aldea de Salceda, antes había pasado por el caserío de Pegontuño, luego por los de Calzada, Calle y Boavista, que también son pequeñas aldeas sin ningún tipo de servicio al peregrino.






12/10/2007

 

             El camino discurre entre frondosos bosques de eucaliptos, pinos y robles, unas ardillas se asustan a mi paso y suben a los árboles con su ruido característico. Después de bastantes kilómetros, alternando cruce de bosques con la carretera nacional, paso por la aldea de Brea, y empiezo a darme cuenta que va a ser difícil comer hoy, ya que no encuentro ningún bar ni restaurante en éstas aldeas.

 

             A las 12.20 h. llego a Santa Irene, después de un acusado descenso, cada descenso te asegura que luego vendrá una subida, que pondrá a prueba tu resistencia, pero así es ésta tierra. En este pueblo hay una pequeña capilla que la santa mártir portuguesa tiene dedicada y que data del siglo XVIII. Más tarde paso por la aldea de aspecto medieval de Rua, llegando a Arca do Pino sobre las 14 h. pero solo encuentro un bar que solo sirve bebidas, por lo que tengo que echar mano de mis reservas de frutos secos para terminar esta larga etapa.

 

San Paio

 

 

 

            Descanso un rato y sigo mi camino entre bosques y solanas, paso por la aldea de San Paio y me enfrento a los siguientes diez kilómetros de camino siempre en subida que me llevarán hasta Labacolla. Ya se nota la larga etapa y el calor es insoportable, teniendo el sol de frente en las subidas. El último tramo antes de llegar a Labacolla, se nota ya la gran ciudad de Santiago, ya que se cambian los bosques por las pistas del aeropuerto, que tengo que rodear, en medio de carreteras y autovías.

 

             Pasado el pueblo de Labacolla, llego a San Marcos, que está junto al Monte do Gozo, llamado así porque es la primera vez que el peregrino ve en el horizonte Santiago. Estoy un rato en el Monte do Gozo y me dirijo al albergue que está al lado. Es un enorme complejo con 30 pabellones para alojar peregrinos, es una pequeña ciudad con su plaza, con restaurantes y servicios.

 

            Me alojo en el pabellón 27, habitación 457, donde conozco a un peregrino alemán y otro de Barcelona, llamado Joan, después de cenar me acuesto enseguida para estar descansado para el gran día.

 

Monte O Gozo

 

13/10/2007

 

               Me levanto a las ocho de la mañana y desayuno en Monte do Gozo con Joan. Nos queda 4.5 Kms. para llegar. Este último tramo es estresante, ya que discurre entre carreteras, polígonos industriales, autovías y calles de las afueras , donde se nos unen miles de turistas que salen de los hoteles cercanos.

 

              Dejo a Joan, seguir solo, porque lleva un ritmo rápido y quiero saborear mi entrada en Santiago despacio solo con mis pensamientos. Voy recordando lo que ma ha costado llegar hasta aquí, empecé en el año 2003 a realizar tramos del camino, siendo el primero el de Ponferrada-Portomarín, más tarde empecé en Roncesvalles y he ido haciendo tramos hasta hoy que llego a la meta.

 

             Recuerdo lo mal que lo pasé la primera vez , terminé todo dolorido y con lumbagia. Recuerdo los días de frío y viento, que casi no me dejaban caminar, los días de lluvias, que me empapaban por dentro por el sudor y por fuera por el agua, los días de fiebre por éstos enfriamientos, las enormes ampollas que me produjo una mochila nueva que estaba desequilibrada, los días de gastroenteritis que me obligaron volver a casa antes de tiempo, las noches donde no podía dormir por el cansancio, los quince mil kilómetros que he hecho con el vehículo para volver cada vez al camino, la cantidad de personas de todas las nacionalidades que conoces, los amigos que haces en el camino con los cuales después sigues en contacto, Recuerdo a mi amigo Miguel y Antonio, que me acompañaron en distintos tramos, las conversaciones que he tenido con la gente de los pueblos, la solidaridad de los peregrinos que al verte con dificultades te ofrecen ayuda, la gastronomía de cada región, pueblo y zona.

 

            Veo que se me termina los días de prados, ovejas, literas, solana, barro, conversación, auto conocimiento, misticismo, religiosidad, emociones, cereal, viñedos, bosques, sopa de ajo, sandalias, idiomas indoeuropeos, ampollas, piedras, vidrieras, arbotantes, arquivoltas, cruceiros, colacaos, tiritas, botas, subidas, enormes rectas, bajadas duras, sacrificios, empeños, olor a reflex, ronquidos, mensajes en el móvil animándome.

 

             Y sin darme cuenta en mis pensamientos de pronto me encuentro en la Plaza de las Platerias, por fin había llegado.

 

             Después me dirijo a la Plaza del Obradoiro, donde quedo de pie y con mi mochila en un estado de paz y satisfacción enormes, mirando la fachada de la Catedral, estaba rodeado de gente, pero me sentía solo.

 

            Esta iglesia es del siglo XII, del año 1128, donde se combinan estilos románicos, con elementos renacentistas y barrocos. Luego visito por dentro la Catedral, realizando las típicas acciones de los peregrinos, visitando la tumba del santo y abrazando la imagen del mismo.

 

            Salgo otra vez a la Plaza del Obradoiro y me encuentro con Joan y otro peregrino alemán que juntos habíamos hecho las ultimas etapas, nos felicitamos y abrazamos, por haber conseguido llegar al final.

 

            Estoy seguro que los miles de turistas que hay en la plaza en esos momentos, no saben lo que nos costó llegar hasta allí, después de 750 Kms. y al fuerza de voluntad que tuvimos que poner para llegar.

 

            Me acerco a la oficina del peregrino, en la Plaza de las Platerias, donde me dan la Compostela o certificado que otorga el obispado como que has realizado la peregrinación , después de comprobar la credencial, donde figura todos los sellos de los albergues que has pasado desde Roncesvalle.

 

 

 La meta

 

               Luego paseo un rato por las calles de Santiago, que son de enorme belleza, más tarde decido ir a la estación de autobuses para empezar el regreso a casa, parto a las 13.30 h. hasta Lugo y desde allí subo a otro autobús que me lleva hasta Portomarin. Allí recojo el coche y empiezo el viaje de vuelta, cuando llevo quinientos kilómetros, hago noche en un hostal de Hervás (Salamanca) y llego a casa el día 14, a las 14.30 h.

 

              El Camino de Santiago, una experiencia inolvidable y única, que cambia en muchos aspectos a las personas


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